Intervención psicológica durante el cáncer
La salud mental es uno de los aspectos más golpeados en una persona que ha recibido el diagnóstico de cáncer, por ello es necesario la intervención psicológica como parte del tratamiento. El psico-oncólogo Carlos Lescano Bravo, miembro del staff de profesionales en Detecta Clínica, nos explica la importancia de esta rama de la psicología y cómo beneficia al paciente y a sus familiares.
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¿Por qué es importante el acompañamiento psicológico en pacientes oncológicos?
Más que importante es necesario. Más que acompañamiento es intervención y participación en la atención y el tratamiento a la persona con cáncer, a sus familiares y seres queridos debido a que se transita por un territorio sembrado de incógnitas.
¿Cómo se le dice a una persona que tiene cáncer?
Esa es una labor que corresponde al médico a cargo del caso y en la que la experiencia le da la prestancia y la solvencia para manejar el primer impacto tanto en quien porta el cáncer como en quien le hace compañía en ese instante. Nunca debe decírselo un familiar o una persona ajena al quehacer profesional.
¿Cómo afecta psicológicamente el cáncer en una persona y a su entorno cercano?
Dependerá de la realidad de cada paciente. Por ejemplo: de los exámenes que se soliciten, si la institución que tendrá a cargo su atención y el tratamiento es un hospital del estado o tendrá atención privada, los costos y tipo de cobertura con que se cuenta para afrontar la enfermedad y finalmente, el pronóstico.
Estos aspectos auspician un estado de ansiedad de moderada a severa tanto en quien porta el cáncer como en su entorno. La experiencia del médico oncólogo le dará la aptitud y solvencia para canalizar el primer impacto.
¿Qué emociones provoca el cáncer?
Depende del pronóstico. Sin embargo, sea cual fuera la intensidad y profundidad del caso, siempre va a generar sentimientos de angustia, miedo, temor, zozobra, etc.
¿Qué mensajes no debemos decirle a una persona con cáncer?
Pues eso depende de varios factores:
- La condición anímica y fraterna al interior de la familia.
- La condición empática entre la familia y el médico a cargo del caso.
- Las que, en función al pronóstico, el médico y el psico-oncólogo consideren inoportunas o impertinentes.
- Sea cual fuera el componente de los tres factores previos, siempre hay que evitar decir, gesticular o murmurar expresiones desalentadoras, lastimeras, ofensivas, que-
josas o reclamantes.
A veces, escuchar atentamente y en silencio es mejor expresión de consideración y respeto.
¿Cómo tratar al paciente oncológico?
Siempre con respeto, sea cual fuera la conducta o comportamiento de la persona con diagnóstico de cáncer. Hay casos en que el tratamiento modifica, para arriba o para abajo, el estado de ánimo o la aptitud cognitiva del paciente.
En caso se tuviera una persona capacitada y con experiencia en atención y cuidado de personas en cáncer, darle el trato y consideración que su delicada labor demanda ya que, ese trato es el que brindará, a todos.
Siempre, antes de estar con la persona en cáncer, estabilizar o modular el estado de ánimo para brindar un momento de acompañamiento, afecto y solidaridad. Evitar que el ambiente se congestione con personas u objetos. Si este es reducido es mejor retornar en otra oportunidad.
En función a la información brindada por el médico a cargo del caso o del psico-oncólogo, se puede conversar con el paciente. Un “hay que esperar”, un “sigamos, vamos paso a paso” o “dejemos que la ciencia y la naturaleza lleguen a un entendimiento”; podrían ser expresiones oportunas.
¿Es cierto que el estrés, la ansiedad, depresión podrían ocasionar que se desarrolle un cáncer?
No se ha demostrado que sea así; sin embargo, es claro que contribuyen al abandono o disminución del cumplimiento del tratamiento, al debilitamiento de la relación con el personal de oncología, al decaimiento de la aptitud y condición cognitiva y en la toma de decisiones fatales. Sobre todo en este último punto, su “contribución es extraordinaria” y debe evitarse. El desaparecerlas, evitarlas o neutralizarlas, es la labor de nosotros, los psico-oncólogos.
¿Cómo ayudar a un enfermo de cáncer que sufre de depresión?
Primero, hay que definir con propiedad que grado y tipo de depresión es. Hoy en día y de aquí al futuro ya se trabaja con una psicología de precisión en la que el número da consistencia y respaldo a la palabra, por lo tanto, primero, hay que medir. Segundo, en trabajo intradisciplinario, con el médico oncólogo y en función al estadío del caso, los psico-oncólogos diseñamos un camino de atención o tratamiento.