La columna de opinión

La vida y lo efímero de nuestra existencia

Dra. Claudia Sedano Porras

Oficina de investigación / Detecta Clínica

Una de las residentes que pasó por nuestra institución dejó una huella imborrable. Se trataba de una persona amable y diligente en el trato con sus pacientes, cuya sonrisa reflejaba su disposición y sus palabras, aunque escasas, eran siempre suficientes. En su primer día en la clínica, se acercó a la Dirección Médica con una gratitud palpable por la oportunidad de realizar su rotación en nuestra institución.

Durante una conversación amigable, compartió un relato conmovedor: su esposo había sido un médico de primera línea en la lucha contra la COVID-19 y lamentablemente había fallecido hace un año. Su siguiente afirmación resonó profundamente en todos nosotros: “No hay tiempo para detenerse, tengo dos hijos pequeños que dependen de mí”. Conocer su historia personal tocó fibras sensibles en mí, ya que también había experimentado la pérdida de un ser querido sin poder despedirme.

Un mes después, una amiga cercana me comunicó con tristeza: “¿Recuerdas a la Dra. M.?”, a lo que respondí afirmativamente. Entonces me dio la noticia desgarradora de su fallecimiento. Tras un momento de silencio, reflexionamos sobre la injusticia de la vida, la manera en que nos había arrebatado a alguien tan joven, dejando atrás a sus hijos y sin permitirle alcanzar sus metas.

Ahora, ella también se había ido. Esta historia sirve como recordatorio de que, a través de Detecta Clínica, pasó una Dra. M., pero también subraya que estas historias, con variaciones más o menos trágicas, pueden ocurrir en cualquier momento y a cualquiera de nosotros. Lo que quiero expresar, en última instancia, es que los médicos también somos seres humanos. Tenemos sueños, experimentamos penas y alegrías, y sufrimos la pérdida de seres queridos. Sin embargo, entendemos la importancia de recuperarnos rápidamente, porque tenemos el compromiso de atender a nuestros pacientes. Al igual que ustedes, nuestros pacientes, nosotros, los médicos, también somos humanos, y cuando perdemos a un paciente, sentimos el peso de esa pérdida.